Descripción
«Ser rehén es peor que estar en la cárcel. En la cárcel, sabes por qué estás allí y en qué fecha saldrás. Cuando eres rehén, ni siquiera tienes esas referencias. No tienes nada», asegura Christophe André, miembro de una ONG médica en la región del Cáucaso y secuestrado durante su primera misión humanitaria en 1997. Así da comienzo un cautiverio que no sabe cuándo terminará ni siquiera si saldrá vivo.